Concurso en colaboración con INCOTEC, LARIO y FCC.
Alfonso X es un barrio que sorprende. Tiene una escala humana como pocos; una vegetación abundante, intensa y extensa, en ciertas áreas roza lo desmesurado.
Lo cuidado de la vegetación transmite un sentimiento que debe ser generalizado en los vecinos, basado en la conservación y en un “cariñoso” mantenimiento.
Los edificios pierden el primer plano urbano, éstos se esconden, son las construcciones que quedan detrás de la vegetación, detrás de los parterres, detrás de los setos.
Sin embargo, las tres plazas que existen sobre las tres plataformas horizontales están infrautilizadas, mantienen una distribución excesivamente jerarquizada, y resultan una barrera al tránsito humano.
Acciones:
1-Desaparece el escalonamiento. El eje central se concibe como una única superficie longitudinal que en ningún caso supera el 4%. Los vehículos ya no transitan longitudinalmente, lo hacen en sentido transversal. Ya tenemos una única plataforma.
2-Los parterres, los setos y el arbolado se transforman, pero no desaparecen. Los parterres que parten originalmente desde los extremos de las calles, con sus geometrías rígidas, se transforman al llegar al eje central, adaptándose a formas más sinuosas, más orgánicas. Respetan, ahora sí, las visuales, los recorridos, los accesos. En definitiva, se adaptan de una manera más natural.
3-Un pavimento continuo, marcado únicamente por juntas en la directriz N-S, E-O y una de sus diagonales, rompe con la geometría acera-calzada y salta de un lado al otro de las calles transversales, potenciando la idea de plaza única.
4-Una pieza de acero corten a modo de equipamiento urbano flexible se convierte en el verdadero trazo que todo lo une. El equipamiento urbano, no como elementos satélites, sino como un gesto sutil transformable y transformado. Una efectiva referencia a que todas las plazas son ahora una. Esta pieza única y esbelta, enmarca la entrada, asciende, es techo, es letrero y es suelo. También es un seto “elevado”, como referencia a los preexistentes. Se desdobla y es una pérgola, un auditorio al aire libre, o una fuente en cascada, o a ras de suelo. Ahora sirve para sentarse y más allá es una luminaria…Desde las calles transversales sirve de referencia de la plaza, que ahora es una, y no varias.
La plaza de San José es una plaza existente que no resuelve, sino que genera problemas:
1-La vegetación oculta cualquier vista que pudiéramos tener de lo que es sin duda el elemento principal de la plaza, la iglesia.
2-El escalonamiento mal distribuido genera un espacio a “cota de nadie”, ni sirve a la iglesia, ni a la calle inferior, ni a los edificios laterales. Resulta un espacio residual cuando no debiera.
La solución geométrica lo es a la vez proyectual. Partiendo desde las calles extremas se fija una pendiente continua de 3.5%, y el desnivel a salvar lo resolvemos con una escalera central en cuatro tramos. De esta manera devolvemos a las calles adyacentes un espacio urbano que no tenían. Se generan dos plazas independientes y vinculadas cada una de ellas a su calle adyacente y no una a ninguna.
Dos rampas laterales al 8% y sus respectivas escaleras, van uniendo las plataformas horizontales de acceso a los portales existentes, permitiendo a su vez una conexión directa y rápida de un extremo al otro de la plaza. Estas plataformas, se unen a su vez con las generadas en la escalera central, multiplicando así los posibles itinerarios.